lunes, 2 de octubre de 2017

Condiciones para la necesaria consulta. Una opinión en el 2-O

Algunas precisiones y nuevos apuntes a las notas de ayer (http://iboix.blogspot.com.es/2017/10/recientementeme-he-pronunciado-en.html ) después de la gran movilización ciudadana[1] del 1-O (que sin embargo no fue un referéndum), después de la inadmisible intervención policial,  así como de las declaraciones de Rajoy y de Puigdemont (confirmando incompetencias e irresponsabilidades),  después de las provocadoras afirmaciones del ministro “del interior” Zoido de esta mañana:

1.     Desbloquear la actual situación, que es la que es, aunque se haya llegado a ella por una senda llena de engaños y trampas, exige consultar ya a la ciudadanía de Catalunya para conocer su voluntad sobre las relaciones con España. Consultar con el compromiso, por parte de las instituciones y las organizaciones políticas suficientemente representativas, de asumir la respuesta y de establecer (negociar) su traducción en medidas concretas para su aplicación.
2.     Una consulta que podría requerir, según su resultado, una posterior modificación constitucional, pero que no sería un “referéndum de autodeterminación” que, éste sí, exigiría una previa modificación constitucional.
3.     Una consulta que podría ir acompañada, o seguida, de una revisión general del actual modelo de las autonomías en el Estado español. Todo ello, no se olvide, en el marco del zigzagueante proceso de unidad europea, con los nuevos significados que introduce en el propio concepto y realidad de las fronteras políticas, sociales,  económicas, …
4.     Una consulta para la que habría que consensuar la pregunta. El SÍ es unívoco (sí a la independencia, lo que sin duda requeriría, si triunfara, un proceso constituyente en el que debatir también la forma de Estado), pero el NO tiene ya dos variantes (a preguntar “con”, o “después”, de la consulta): 1) el mantenimiento de la actual relación de autonomía de Catalunya con el Estado, o 2) abrir una negociación para modificarla.
5.     De la gestión política del 1-O, su preparación y desarrollo, resulta bastante evidente que, salvo milagros no esperables, ni Rajoy ni Puigdemont, es decir ni el PP ni “Junts pel SÍ” y sus socios de la CUP, pueden dirigir el nuevo “procés” que lleve a esta necesaria (entiendo que imprescindible ahora) consulta. Ello supone echar (con o sin elecciones generales) al PP del Gobierno de España, y establecer (con o sin elecciones autonómicas) otro Govern en Catalunya. ¡Necesitamos otros gobiernos, en España y en Catalunya!
6.     Echar al PP y otro Gobierno en Catalunya para, también y ya, abordar los demás problemas pendientes, cuestiones que llevan meses desaparecidas de la atención ciudadana, un triste “éxito” que pueden también atribuirse los Gobiernos, y sus cortes parlamentarias, de Rajoy y Puigdemont.
7.     Todo ello supone una evidente responsabilidad para el PSOE (y, en él, del PSC), pero no menos importante para “Unidos Podemos” y con ellos de “Catalunya en Comú”, una responsabilidad de iniciativa y de capacidad de negociación y de acuerdo.
8.     “Por último, pero no menos importante”: DESDE EL SINDICALISMO habría que volver a jugar un papel “sindical”, con iniciativas de acción, desde los específicos intereses de la clase trabajadora, superando en Catalunya la “huelga general política” de estos días[2], y en España yendo más allá de positivas declaraciones sobre lo que sucede en nuestra tierra. Y recuperando, todos, la iniciativa ante los graves, comunes y conjuntos, desafíos relativos a las condiciones de trabajo y de vida de toda la clase trabajadora española. Acción conjunta para seguir consolidando nuestra unidad de clase en la medida de que, como se señala en el Manifiesto 21-S (https://manifest21s.com/), “sólo planteando la respuesta a esta problemática desde los intereses y reivindicaciones de la clase trabajadora podremos abordar adecuadamente el necesario proyecto de futuro español de convivencia”.
9.     Y perdonen todos este “atrevimiento”, pero a veces uno no encuentra (aunque quizás los haya) cauces más colectivos (indudablemente más eficaces si los hay, y funcionan) para expresar opiniones y propuestas. Y sobre todo para actuar en consecuencia, para lo que sí son imprescindibles los cauces colectivos.      




[1] Es una pena, y grave, que algunos que deberían entender lo que está pasando en Catalunya no lo entiendan, como “EL PAIS”: su editorial de hoy, y bastantes otros de los últimos tiempos, demuestran una ignorancia, o sectarismo político, preocupantes más allá de quienes sean sus actuales protagonistas
[2] De lo que entiendo que acertadamente se desmarcan las Confederaciones estatales de CCOO y UGT: http://www.ccoo.es/noticia:246232--DECLARACION_DE_LAS_CONFEDERACIONES_SINDICALES_DE_CCOO_Y_UGT_SOBRE_LA_SITUACION_EN_CATALUNYA

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