viernes, 22 de septiembre de 2017

POR la unidad y solidaridad de la clase trabajadora de España


Esta es la afirmación que precedió a los dos NO de nuestro “Manifiesto 21-S”[1] (NO a la independencia de Catalunya, NO al 1-O) y que presidió el acto con el que ayer llenamos el salón de las Cotxeres de Sants en Barcelona. Un acto en el que reiteramos los conceptos del manifiesto y que tuvo además al valor de expresar pública y abiertamente una voluntad de solidaridad, de unidad y fraternidad, con toda la clase trabajadora del Estado español. Con ésta hemos de construir en primer lugar la alianza que necesitamos para conseguir otros gobiernos en España y en Catalunya. Otros gobiernos necesarios para otra política económica y social, también para desbloquear la actual situación

En el actual debate político en Catalunya sobre la “independencia” se contraponen dos identidades. Frente a la propuesta identidad nacionalista, excluyente, los firmantes del Manifiesto priorizamos la identidad de clase de los trabajadores de toda España. Y explicamos brevemente el porqué: desde su propia composición,  pasando por las luchas comunes desde hace siglos, en el último en defensa de la República frente al golpe fascista del 36, contra el franquismo por las libertades y ahora en defensa de los derechos de la clase trabajadora frente a la crisis y contra las políticas del gobierno del PP para hacerle frente, unas políticas que han contado con el apoyo, no se olvide, de la derecha nacionalista catalana. Frente a esta identidad de clase, los independentistas nos proponen la alianza con esta derecha que no sólo ha apoyado la política económica de Rajoy, sino que ha compartido con el PP sus prácticas corruptas: la Gurtel y el 3%, la Púnica y el Palau.

Las políticas del PP e independentistas se han potenciado mutuamente. Estos días lo estamos viendo de nuevo con las medidas del Gobierno de Rajoy de agresión a las instituciones de autogobierno de Catalunya, medidas que denunciamos y rechazamos, y que constituyen hoy la mejor propaganda del 1-0.

Los independentistas, haciéndole otro favor al PP, han conseguido desplazar del eje del debate social, en Catalunya y casi también en España, los problemas fundamentales de las actuales condiciones de vida y de trabajo.

Hay que romper la actual confusión, el actual bloqueo político, y sin duda actualizar nuestro ordenamiento jurídico acometiendo reformas estructurales, territoriales y de distribución de competencias que satisfagan las aspiraciones legítimas de la ciudadanía.

Los convocantes de este acto y firmantes del manifiesto no tenemos una posición idéntica de cómo proceder al respecto. Unos, entre los que me cuento, pensamos que es necesaria ya una consulta, vinculante y con garantías, a toda la ciudadanía de Catalunya. Otros plantean otras fórmulas de participación democrática. Pero todos coincidimos en la necesidad de una negociación de los resultados de esta intervención democrática de la ciudadanía de Catalunya, de su traducción en todos los ámbitos: sociales, políticos y eventualmente legislativos. Negociación social y política, porque rechazamos las acciones unilaterales que vienen practicando tanto el Govern de la Generalitat como el Gobierno de España.

Ante cualquiera que sea la fórmula para superar la actual confusión, el actual bloqueo, queremos afirmar que nuestra posición partirá de la voluntad y defensa de la unidad y solidaridad de la clase trabajadora de toda España. Porque, además, todo planteamiento en relación con esta problemática debe hacerse volviendo a situar en el eje de la acción social y política propuestas de acción colectiva para acabar con políticas que amparan la corrupción en Catalunya y en toda España, para la profundización de los derechos civiles, para la dignidad del trabajo, y, en la inmediatez, para que la salida de la crisis sea verdad para toda la ciudadanía. Para avanzar en conquistas sociales y democráticas.

Hay que hacer frente al mismo tiempo a la involución que hemos vivido en Europa frente a la crisis, hay que avanzar hacia una globalización sostenible, hacia la globalización de los derechos. Hemos de superar los brutales impactos de la crisis, de las reformas laborales, para enfrentar los retos de los procesos de robotización y digitalización, …, para lo que necesitamos una acción social colectiva muy amplia cuyo primer marco lo es el de la clase trabajadora de todos los pueblos del Estado español, con todos los aliados que históricamente hemos tenido.

Hay que luchar contra el desempleo, la precariedad y los salarios de pobreza, la corrupción y la evasión fiscal, el deterioro de servicios y bienes sociales imprescindibles como la vivienda, la educación, la sanidad, la dependencia, la crisis alimentaria y energética, … Pero sólo planteando la respuesta a esta problemática desde los intereses y reivindicaciones de la clase trabajadora podremos avanzar hacia conquistas eficaces.  Sólo así podremos además abordar adecuadamente el necesario proyecto de futuro español de convivencia.

Estos días hemos visto a dirigentes independentistas ir a Madrid a buscar el apoyo de la ciudadanía de la capital de España. Es lógico, lo han hecho denunciando la política del PP, lo que nos une, pero no les han ido a explicar que quieren romper precisamente los históricos lazos de solidaridad, de acción conjunta, que quieren fracturar la histórica solidaridad democrática de los pueblos de España, la histórica solidaridad de nuestra la clase trabajadora. Y efectivamente éste es el camino, hacer frente hoy a la política del PP, pro no solos, sino conjuntamente con las fuerzas sociales y políticas progresistas y transformadoras del conjunto del Estado. 

Por todo ello quiero terminar mi intervención con un “VIVA”, enlazando con la primera afirmación, la que preside el Manifiesto que os hemos presentado,

¡¡VIVA  LA  UNIDAD  Y  SOLIDARIDAD,  LA  FRATERNIDAD,  DE TODA  LA  CLASE  TRABAJADORA,  LA  CLASE  TRABAJADORA  DE TODOS LOS  PUEBLOS  DE  ESPAÑA!!





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